1 de agosto de 2015

Nápoles., ,





Nápoles es la ciudad más poblada del sur de Italia y capital de la región de Campania.
En esta ciudad han dejado huella griegos, romanos, normandos y españoles, de la mano de los cuales fue el centro político del reino borbónico de las Dos Sicilias.

Se encuentra en el Golfo de Nápoles en la costa Suroeste de Italia, junto a Pozzole, Pompeya y Sorrento, a los pies del volcán Vesubio, del que hoy no voy a escribir por haberlo hecho ya en la entrada que de Pompeya puse en otro crucero por Italia.
En el siglo XVI los virreyes españoles gobernaban el reino en nombre de Fernando II de Aragón, Carlos I y Felipe II, restableciendo el orden en la nobleza local.
Tuvo una época de prosperidad durante los siglos XVIII y XIX,  como capital de las Dos Sicilias, realizando los borbones la mayoría de palacios y museos, pero después de la Unificación Italiana, la ciudad entró en decadencia.
En 1980 sufrió un gran terremoto, que provocó su extensión hacia el sur y hacia el oeste.
En 1994 fue sede del G8 y comenzó una política de reestructuración.
Es una ciudad caótica en cuanto al tráfico, y aparentemente pobre e insegura, causas de que tenga una escasa inmigración.
Nosotros paseamos por sitios turísticos, pero en ocasiones veíamos lugares bastante sucios, que confirmaban las referencias que llevábamos de Nápoles. De hecho nos metimos a comer a una pizzería cerca de la Plaza del Gesu, y nos advirtieron del peligro que suponía llevar la cámara tan visible. Antonio lleva en los viajes un equipo con objetivos muy grandes, y eran un gran atractivo para los cacos, según el dueño de la pizzería. Yo reconozco que me achiqué un poco bastante, y conseguí que volviéramos a la calle principal, más transitada por turistas.
Puede que esta inseguridad sea un percepción mía, pero es curioso que coincidamos tanta gente en resaltar este tema de Nápoles.
La Camorra napolitana surgió en el siglo XIV, al no querer los borbones crear un estado. Como consecuencia surgieron caciques locales que administraban justicia. Se diferencia de la Mafia en que no tiene jerarquías, y peleaban entre ellos los más de doscientos clanes existentes, que saquearon y aterrorizaron a la población durante años.
La Camorra se alió con el nacionalista Garibaldi, contribuyendo a la expulsión de los borbones.
Fue eliminada por Mussolini en 1922.
El puerto se encuentra en la misma ciudad, por lo cual es muy fácil recorrerla, adecuando nuestro tiempo de escala.


Mi Capitán posando para su Patrona.


Comenzamos a enfilar el golfo de Nápoles,


Nápoles a los pies del Vesubio. De nuevo un día nublado, aunque no llovió. Era la segunda vez que atracábamos aquí, pero en la ocasión anterior decidimos visitar Pompeya.


Nos acercamos al puerto. Arriba y en el centro, el Palacio de Sant'Elmo en la colina del Vomero, mandado edificar por Carlos I de Anjou y restaurado en el siglo XVI, siendo virrey Don Pedro de Toledo.

Castillo del Huevo. Según la leyenda, Virgilio escondió un huevo que soportaría la estructura del edificio, y que si llegara a romperse, se hundiría la fortaleza, trayendo grandes catástrofes a la ciudad. Está situado en el islote de Megaride.


Al salir de la terminal podemos ver los cruceros atracados ese día en el puerto de Nápoles.


Castell Nuovo del siglo XIII,  que se encuentra nada más salir de la Estación Marítima. Fue el palacio real de la dinastía Anjou y tuvo entre otros huéspedes a Bocaccio, quien escribió aquí el Decamerón.

 

Tiene cinco torres que unen las murallas. Tras conquistar la ciudad el Gran Capitán para la Corona de Aragón, ejerció de virrey hasta ser desposeído del título por Fernando el Católico, con quien a pesar de sus conquistas, demostraba cierta enemistad. Aquí rindió las cuentas el Gran Capitán, y se considera que las reformas que inició en el ejército fueron el principio de los tercios.


Tiene un arco de triunfo de mármol (Arco d'Alfonso D'Aragona), para celebrar la entrada de Alfonso V de Aragón I de Nápoles en la ciudad, en 1443.


Jardines junto a Teatro de San Carlos.

A la izquierda el teatro de San Carlos y a la derecha, al fondo, una de las entradas a la Galería Umberto I.
Teatro San Carlos en la Plaza Trieste. Fue construido en menos de un año e inaugurado el cuatro de noviembre de 1737, siendo el más antiguo teatro de ópera en funcionamiento del mundo.

Inscripción sobre la puerta del teatro.
Basilica de San Francisco de Paula en la Plaza del Plebiscito, frente al Palacio Real. Es de estilo neoclásico y recuerda al Panteón de Agripa. La fachada está precedida por un pronao formado por seis columnas y dos pilastras. Su cúpula tiene 53 metros de altura y salen junto al pronao dos alas con dieciocho columnas en cada lado.


En la plaza hay dos estatuas ecuestres: Carlos III y Fernando I, conmemorando el regreso al poder de la casa de Borbón.


Mirando hacia la basílica, a la derecha, la Prefectura de Nápoles.


Frente a la basílica, el Teatro San Carlos.


A la izquierda de la basílica, el Palacio Real,  iniciado en 1603 por el Conde de Lemos, en previsión de una posible visita del rey de España Felipe III, visita que nunca se llevó a cabo. Aquí se centralizaron los poderes del Estado.
Desde 1919 alberga la Biblioteca Municipal.


Una foto más de la basílica.


Yo, haciendo fotos de la Plaza del Plebiscito. Aquí tienen lugar conciertos, manifestaciones, y otros actos donde se congregue mucha gente.


Nos vamos hacia la Vía Toledo pasando por la Plaza Trieste.


Iglesia de San Fernando, en la misma plaza.


Enfilamos la Vía Toledo,  llamada así por el virrey Pedro Álvarez de Toledo, que la mandó construir en 1536. Es la calle principal de Nápoles y en ella están las tiendas de los principales diseñadores. Es la sede del Banco de Nápoles y aquí hay notables palacios y otras edificaciones de importancia. Se llamaba antes Vía Roma, pero ahora se llama así a partir de la Plaza Dante.


Seguimos.


Nos metemos en la Galería Umberto I. Muy parecida a la de Milán. Un sitio con mucho encanto, muchas tiendas y cafeterías, y novios haciéndose fotos.





Volvemos a la Vía Toledo.


Calle que desemboca en la principal.


Teatro Augusteo en la Plaza Duque de Aosta.


Pintor callejero.





Estas figuras estaban en las esquinas, pero no sé qué significan.



Puesto de flores.









De vuelta a la Galería Umberto I.


Y al Castillo Nuevo.

Interior del castillo.
Y ya nos volvimos al puerto. Había muchos sitios donde podíamos haber ido, pero al hacer la excursión en solitario nos advirtieron de que era más prudente ir por los lugares más transitados y vigilados.


No podía creerlo. Estaba nublado, hacía frío, no había un alma en la cubierta de las piscinas... pero los incondicionales del jacuzzi estaban allí. Para gustos los colores.


Nuestra próxima escala será Messina. En la foto, como aperitivo, el Estrecho de Messina.