23 de abril de 2013

Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid



Es un palacio del siglo XV mandado edificar por Enrique III, pasando a ser más adelante la vivienda de un contador de Carlos I. Se encuentra en lo que fue el arrabal de San Martín, hoy plaza del mismo nombre, está dedicado a las advocaciones  de San Francisco de Asís y Santa Clara y habitan en él monjas de clausura.
A este convento venían a ingresar muchachas pertenecientes a la nobleza, y podían traer una dote al convento, hecho por el cual hay en él piezas muy valiosas.
Aquí vivieron Carlos I y su esposa Isabel de Portugal, naciendo en este lugar su hija menor, Juana. El rey quería que  el príncipe Felipe (Felipe II), viviera en su propio palacio, por entonces El Alcázar.
Juana de Austria se casó con Juan Manuel de Portugal, y al enviudar volvió a España, fundando en 1559 Las Descalzas Reales. Está enterrada aquí junto a su su hermana María, emperatriz de Austria, quien también ingresó como religiosa. Junto a ellas, se encuentra también la sepultura de una hija de esta última, sor Margarita de la Cruz, quien prefirió el convento a casarse con su tío Felipe II. Finalmente fue su hermana Ana de Austria la que se casó con el rey.
Hubo otra sor Margarita de la Cruz, que ingresó a los cinco o seis años de edad y era hija de un bastardo de Felipe IV, Juan José de Austria.


La escalera es del Renacimiento, de la escuela de Toledo. Única en el mundo. Las pinturas barrocas datan de 1684 y promovió su realización Sor Ana de Orojea, protectora de pinturas barrocas.
Se pintó en cuatro etapas: 1ª- Claudio Coello pinta el techo "El Renacimiento de los Cielos. 2ª- Pereda a Felipe IV con su familia en un palco. 3ª- También Pereda, el Cristo Crucificado, y por último Jiménez Donoso pinta el resto. Hay unos trampantojos pintados por Federico Ricci.

 La balaustrada es de granito de la sierra de Guadarrama. Se puede ver en la foto  el Tenebrario, especie de gran candelabro de pie, que se enciende el Viernes Santo.

 El claustro alto está formado por treinta y tres capillas, y cada religiosa tiene una asignada hasta que muera, encargándose de su limpieza y mantenimiento. Están todas cuidadísimas. No voy a enumerarlas todas, pero algunas destacadas son la del Cristo Yacente , de Gaspar Becerra, la de la Virgen de Guadalupe, o la de la Virgen de la Paz.
Los vestidos los hacen las monjas.

 Otro aspecto del claustro.


Juana de Austria, fundadora de Las Descalzas Reales.


Sala Capitular. En ella se elige a las abadesas. Las paredes son del siglo XVII y representan la vida de San Francisco de Asís. Hay dos obras muy valiosas en esta sala, hechas por Pedro de Mena: un Ecce-Homo y una Dolorosa, ambas de una sola pieza.
También hay una talla de Magdalena Arrepentida de Gregorio Fernández, director de la escuela de escultura de Valladolid.


Este cuadro está en el Salón del Candilón y en él aparecen retratadas las dos hijas de Felipe II: Isabel Clara Eugenia, la mayor y preferida de su padre, que al casarse con el archiduque Alberto llegaría a ser Gobernadora de los Países Bajos y a quien se debe que en España haya magníficos tapices flamencos. A su lado, Catalina Micaela, quien se casó con Carlos Manuel I de Saboya. Este cuadro es importante, ya que en una esquina se pintó El Alcázar, y lo podemos ver tal como era.
En la sala del Candilón, se vela a las religiosas que mueren, y se enciende un candil grande que hay en el centro. Hay un pequeño altar con una talla de Santa Clara, hecha por Gregorio Fernández.
Aquí se encuentran colgados los cuadros de la familia: hijos e hijas de Felipe II, Sebastián de Portugal (hijo de Juana de Austria), Juan de Austria (hermanastro de Felipe II), Juana de Austria (hermana de Felipe II), Leonor y Catalina (tías de Felipe II), o María de Portugal (primera de las cuatro esposas de Felipe II), entre otros.
Si tenéis la buenísima idea de visitar este convento, ya que todo él es una joya, os aconsejaría que llevarais un árbol genealógico de Felipe II para enteraros bien de quién es cada cual.


Capilla de La Anunciación. Antes estaba aquí el cuadro de Fra Angélico, pero se trasladó al Museo del Prado.


 La Sala de los Tapices. El techo es del siglo XVI y XVII. Hay una colección de 20 tapices, de los que sólo se exponen 10, todos referentes al triunfo de la Eucaristía. Están hechos sobre cartones de Rubens, que acabó la colección en 1630. En Semana Santa los exponen todos. Como ya he dicho antes, Isabel Clara Eugenia fue la que los trajo, y por eso hay un cuadro de ella, pintado por Van Dick.
También hay otros cuadros religiosos, vitrinas con casullas y otras con objetos religiosos, la colección de Niño Jesús, del siglo XVI, y unos jarrones florentinos pertenecientes a Felipe II


Sala de los Reyes. Es una sala rectangular, con un altar que preside el escudo de Dña. María de Austria (ya no tengo que explicar quién era, jejej). Hay cuadros de las primeras monjas que llegaron al convento. Aquí también podéis poner a prueba la memoria. Pinturas de Doña María, de Isabel de Austria (hermana de Carlos I), de Felipe III, un niño Jesús que en realidad era el rey Dn. Sebastián de Portugal a los dos años y medio (hijo de Juana de Austria), Carlos II, Ana de Austria (hija de María y cuarta esposa de Felipe II), Archiduque Alberto (yerno de Felipe II), Fernando arzobispo de Toledo (hijo de Felipe III), Isabel Clara Eugenia y otros cuadros religiosos.
Si habéis llegado hasta aquí me alegro. A mí me entusiasman los árboles genealógicos y disfruté muchísimo adivinando quienes eran.
En el centro de la estancia, sobre una caja grande, hay un cojín con dos coronas mortuorias, pertenecientes a Doña Juana y a Doña María de Austria, reina y emperatriz, respectivamente.
Este salón era el utilizado por los reyes cuando venían de visita para ver a algún familiar o conocido.


Sala del Coro. Aquí se encuentra una escultura de Juana de Austria orante, de Pompeo Leoni (el mismo que hizo los grupos funerarios que están a ambos lados del altar de la Basílica del Escorial).
En la parte central, un pie de estilo plateresco y sobre él una cruz de marfil perteneciente a San Francisco de Borja.
La sillería es de nogal, de estilo renacentista, y enfrente hay un asiento más grande para la lectura.
Preside la imagen de La Dolorosa y sobre ella se encuentra la tumba de la emperatriz María de Austria y debajo la de su hija Margarita.

Se pueden visitar además dos salas de pintura. Una flamenca y alemana, con obras de Rubens, El Bosco, Van Backer, Juan de Justo...
Otra de pintura italiana y española, firmados los cuadros por Claudio Coello, Zurbarán, Tiziano, Francisco Fernández, un Goya sin acabar...

Si os he dado un atracón de nombres, lo siento, lo siento y lo siento, pero era necesario para entender lo que significó en su tiempo este monasterio. Se llama de la Visitación, pero se conoce como Descalzas Reales y merece mucho la pena conocerlo. Pertenece a Patrimonio Nacional, las visitas son con cuentagotas, y tengo que decir que los guías corren bastante.
En una de las salas de pintura se encuentra este retrato de María Inés Calderón, más conocida como La Calderona. Actriz de teatro, amante de Felipe IV y madre del bastardo Juan José de Austria. El rey reconoció al hijo y lo separó de su madre para darle una educación esmerada, ya que por entonces sus descendientes habían muerto y pensaba que quizás tendría que recurrir a él para salvar la dinastía. La obligó a ingresar en un convento y tuvo que cortar su larga cabellera. En este retrato una doncella le está ofreciendo una toca de monja, mientras ella se peina los cabellos por última vez.